Los arqueólogos sacan a la luz una necrópolis desconocida que cambia la comprensión del pasado de la ciudad y detiene parte de las obras del metro
En mitad del proceso de las obras del metro de Málaga un descubrimiento arqueológico ha conseguido cambiar la manera en la que se veía el pasado de esta ciudad. Bajo la calle Hilera, en el tramo de la Avenida de Andalucía y el cruce con el Paso de la Harina, ha surgido un cementerio: una gran necrópolis romana desconocida hasta este momento.
El hallazgo se dio en el marco de una excavación de urgencia, con la aparición de unas quince tumbas en los meses previos al verano, una intervención que rápidamente se convirtió en una imagen muy distinta. Hasta el día de hoy se han descubierto más de 250 enterramientos, todos datados en el alto y el bajo imperio romano, entre los siglos II y IV, alineados en un tramo de unos 400 metros.
Este descubrimiento funerario no se ha limitado a sepulturas simples; entre las tipologías encontradas podemos destacar una gran variedad documentada: tumbas de inhumación simples, fosas cubiertas con tégulas, enterramientos infantiles dentro de ánforas, mausoleos con estructuras de mampostería y osarios de diferentes tamaños y densidad de huesos. Todas en diferentes estados de conservación, algunas en condiciones óptimas para su estudio.
Sin embargo, y a pesar del tamaño de la necrópolis con la que se está trabajando, no se habían encontrado anteriormente referencias históricas ni documentales que mencionaran un espacio así en el centro histórico de la ciudad. De hecho, se pensaba que estas calles habían sido ganadas al mar en época musulmana, lo que podría explicar la ausencia de restos de períodos anteriores.
Este hallazgo obliga a replantearse las ideas establecidas y los expertos sugieren que esta zona pudo haber formado parte del entorno extramuros de la antigua Malaca romana, tal vez vinculada a una vía de salida de la ciudad o sepulcral.
Más allá de reescribir la historia de Málaga, el descubrimiento arqueológico de esta necrópolis nos puede llegar a dar una visión profunda de la Hispania romana. El registro funerario nos habla de los vivos y los estudios, impulsados por la Consejería de Cultura y Deporte, podrán decirnos cómo trabajaron, qué enfermedades tenían, de qué se alimentaban y, en resumen, cómo desarrollaban sus vidas.
La variedad de tipologías funerarias nos puede ayudar también a interpretar las creencias, las relaciones familiares y sociales y cómo era la cosmovisión de estos habitantes de hace casi veinte siglos de antigüedad.
A partir de aquí, el futuro de este yacimiento parece estar bien encaminado. No solo se ha dado permiso para un estudio exhaustivo en laboratorios, si no que las excavaciones in situ van a continuar, quedando el avance de las obras del metro condicionado a la documentación del yacimiento. El objetivo principal será la conservación de los materiales y la correcta interpretación del registro arqueológico.
Día a día la arqueología sigue demostrando que hasta los estratos de la historia que creíamos conocer pueden seguir dando sorpresas.