miércoles, diciembre 10

Un sarcófago romano sellado revela los restos de una joven en Budapest


El ataúd de piedra caliza, sellado durante siglos, contenía un esqueleto completo y objetos funerarios que hablan de estatus y cuidado familiar.

En Budapest ha aparecido un testimonio arqueológico de la vida en la antigua Roma: un sarcófago romano de unos 1.700 años, completamente sellado, con el cuerpo de una mujer y un rico ajuar funerario. El hallazgo, realizado en Óbuda, el antiguo barrio de Aquincum junto al Danubio, ha ofrecido una interesante mirada al pasado imperial. 

Los arqueólogos del Budapest History Museum descubrieron el ataúd de piedra caliza durante una excavación en una zona que fue ocupada y habitada por el Imperio Romano. El hallazgo despertó la curiosidad de los investigadores desde el primer momento: La tapa del sarcófago seguía fijada con abrazaderas metálicas y plomo, lo que permitió que el interior permaneciera intacto hasta ahora. 

No solo eso. La composición del propio sarcófago creó un ambiente perfecto para que los restos arqueológicos se conservasen, un hallazgo muy poco común que facilita la investigación del contexto. 

Al levantar con cuidado la tapa, los investigadores encontraron un esqueleto completo de mujer acompañado de decenas de objetos: vasijas de vidrio en perfecto estado, figuras de bronce, unas 140 monedas, una horquilla de hueso, una joya de ámbar y restos de tela con hilos de oro. Todos los elementos sugieren que el individuo enterrado era una joven de condición acomodada; el detalle y la riqueza del ajuar indican que su familia la despidió con gran cuidado, ofreciendo objetos de valor para su viaje al inframundo.

El propio contexto arqueológico también aporta pistas sobre la sociedad y el urbanismo romano en la región. El sarcófago apareció entre las ruinas de casas abandonadas de un barrio que durante el siglo III fue reutilizado como cementerio. Cerca se localizaron un acueducto y otras tumbas más modestas, pero ninguna con la riqueza o la monumentalidad del ataúd sellado. 

Los expertos planean ahora estudios más detallados: análisis antropológicos del esqueleto para determinar edad, salud y origen geográfico; tamizados del sedimento del interior del ataúd para buscar posibles joyas ocultas; y conservación de los objetos hallados. Estas investigaciones permitirán reconstruir con mayor detalle quién era esa mujer, cuál era su historia y cómo ésta nos puede ayudar a conocer mejor el pasado de este territorio.

Este hallazgo no solo ha causado revuelo por el buen estado de conservación de los materiales arqueológicos, sino porque ofrece una ventana directa al mundo cotidiano, funerario y social del Imperio Romano en la antigua Pannonia. Una imagen detenida en el tiempo que la arqueología ha conseguido desenterrar.