miércoles, diciembre 10

La piscina romana que curaba: hallan en Turquía un santuario de Asclepio dedicado a la sanación


Tras décadas de misterio, los arqueólogos han resuelto el enigma que rodeaba a la piscina romana de Bahçeli. No era un sistema de abastecimiento de agua, sino algo mucho más sagrado.

La monumental piscina romana de Bahçeli, ubicada en la provincia de Niğde (en el centro de Turquía), era concebida hasta ahora como una obra de ingeniería hidráulica al servicio de la antigua ciudad de Tyana, la segunda ciudad más grande de la provincia romana de Capadocia. Sin embargo, una reciente campaña de excavación liderada por el arqueólogo Osman Doğanay, de la Universidad de Aksaray (Turquía), contradice esta presunción.

Este impresionante cuerpo de agua tenía un fin más excelso: lejos de ser un simple depósito de agua, era un santuario de curación dedicado a Asclepio, el dios griego de la medicina (Esculapio en la mitología romana).

En una ciudad entre dos mundos

Tyana fue una ciudad estratégica a nivel comercial; conectaba Anatolia central con las llanuras de Cilicia y el mundo mediterráneo. Bajo el dominio romano, la urbe alcanzó su máximo esplendor; tanto es así que fue elevada al rango de colonia imperial con el nombre de Colonia Antoniniana Tyana durante el reinado del cruel emperador romano Caracalla.

Hasta ahora, los arqueólogos creían que la gran piscina de Bahçeli, construida en el siglo II d.C. bajo los emperadores Trajano y Adriano (y con unos impresionantes 65 por 22,5 metros y fabricada con bloques de mármol pulidos) formaba parte del sistema de abastecimiento de agua de la ciudad. La narrativa acaba de cambiar.

Un altar con serpientes y el culto a Asclepio

¿Qué han encontrado los arqueólogos? Una serie de elementos simbólicos y arquitectónicos en su entorno. La pista más relevante la dio un altar de mármol decorado con serpientes entrelazadas -símbolo inconfundible del dios griego Asclepio-, acompañado de fragmentos escultóricos con la misma iconografía.

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Símbolos e inscripciones hallados en el entorno del santuario.Universidad de Aksaray

Estos elementos, junto con la estructura arquitectónica adyacente en el lado oriental de la piscina, indicaban la presencia de un santuario o complejo cultual dedicado al dios de la medicina, aclaran los expertos. En el mundo grecorromano estos emplazamientos estaban repartidos por toda su geografía y los enfermos acudían en peregrinación para someterse a rituales de purificación, baños sagrados y actos de devoción en busca de la curación tanto física como espiritual.

Inscripciones sobre emperadores

Uno de los tesoros epigráficos más sorprendentes hallados en el lugar ha sido una inscripción que menciona a los emperadores Marco Aurelio y Cómodo, lo que permite datar una fase importante de construcción entre los años 177 y 180 d.C. Este detalle no solo afina la cronología de de este mausoleo de sanación, sino que también sugiere una implicación directa del poder imperial en su financiación o promoción; es decir, el santuario visto como una herramienta para reforzar la legitimidad del Estado en las provincias orientales del imperio.

Allí, en la piscina de Bahçeli, el agua era considerada un vehículo de purificación y sanación dentro de un espacio ritual. En los Asclepeia, los peregrinos se bañaban en sus aguas y participaban en rituales en los que, tras una noche de sueño en el complejo, se esperaba que el sueño ritual propiciara una visión sanadora del dios.

Asclepio
Asclepio, dios griego de la curación y la medicina.iStock

El santuario de Bahçeli, según los arqueólogos, habría funcionado de forma similar a los famosos centros de Epidauro, que fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1988 o el de Pérgamo, también uno de los más avanzados del mundo antiguo, donde se combinaba la medicina empírica con la fe religiosa, ya que en esta época religión y ciencia eran una sola.

La campaña arqueológica de 2025 representa la primera investigación científica en profundidad desde mediados del siglo XX en este lugar y los resultados han superado todas las expectativas. Con el apoyo del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía y el programa Herencia para el Futuro, el equipo de la Universidad de Aksaray ha logrado no solo reinterpretar el significado de este lugar, sino también sentar las bases para su apertura al público. Pero el proyecto no acaba aquí. Los trabajos de excavación continuarán el próximo año, en 2026, con el objetivo de destapar más estructuras del complejo y mejorar las condiciones para las futuras visitas guiadas al yacimiento.