miércoles, octubre 22

Parece una piedra con una forma de T pero se trata de un descubrimiento histórico


Los arqueólogos han encontrado un ídolo de 2.500 años en una fortaleza de Armenia, que arroja nuevas pistas sobre los cultos ancestrales del Cáucaso.

A simple vista, parecía una piedra más, una formación tosca con forma de “T”; pero en realidad, se trata de uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes del año: un ídolo con rasgos humanos tallado en toba volcánica (como la que se usó para las estatuas de la isla de Pascua), que emergió intacto tras más de 2.500 años enterrado en una antigua fortaleza del reino de Urartu, en la actual Armenia.

El descubrimiento, realizado durante la segunda campaña de excavación en la colina de Surb Davti Blur (la “Colina de San David”), dentro de la ciudad fortificada de Argishtikhinili, ha supuesto un momento de explosión investigadora para arqueólogos e historiadores, no solo por su rareza, sino por lo que podría revelar sobre las creencias espirituales y la organización doméstica de una civilización casi olvidada.

El rostro que emergió del barro

Hallado como parte de un cofre de piedra en su contexto original, este artefacto de 2.500 años de antigüedad representa uno de los hallazgos más significativos del Reino de Urartu (también conocido como Reino de Van) que, a pesar la constante amenaza del Imperio asirio, pudo prosperar.

El ídolo en cuestión estaba apoyado contra un cofre de piedra en una habitación contigua a una despensa, en una de las grandes residencias descubiertas en el yacimiento. Tenía unos 50 centímetros de altura y mostraba un rostro esquemático pero claro: cejas marcadas, ojos estrechos y juntos, nariz alargada y labios finos. Fue tallado en toba volcánica, una roca muy común en la región, y sorprendentemente, se encontraba en su posición original, sin haber sido movido ni dañado.

Según los arqueólogos Mateusz Iskra (Universidad de Varsovia) y Hasmik Simonyan (Academia Nacional de Ciencias de Armenia), quienes lideran la misión polaco-armenia, este ídolo podría estar vinculado a cultos domésticos relacionados con la fertilidad, la protección del hogar o la veneración de los antepasados.

En la pared lateral de un objeto de piedra con forma de caja, encontramos, para nuestra sorpresa, una losa con rasgos tallados de un rostro humano. Se trata de una figura idólatra, conservada en su contexto original”, aclaró Iskra.

excavacion armenia
Vista de la necrópolis descubierta en una antigua fortaleza de Armenia.Michalina Andrzejewska / CAŚ UW.

¿Quién era este “dios” de piedra?

¿A quién representaba este rostro de piedra? ¿Era un dios menor local? ¿Un ancestro divinizado? Lamentablemente no hay inscripciones que identifiquen a esta supuesta deidad, pero su hallazgo podría estar relacionado con las prácticas rituales del final de la era de este pueblo, un periodo de transición y colapso del poder central. En otras partes de Armenia se han encontrado ídolos con características similares, antropomórficos, y también vinculados a contextos domésticos o funerarios, lo que refuerza la teoría de que existía un culto ancestral extendido, posiblemente conectado con la fertilidad, la protección familiar o incluso la agricultura.

La hipótesis más fascinante es que este ídolo representara a una deidad protectora de la fortaleza misma: “el dios de Argishtikhinili”. No sería impropio, ya que se sabe que muchas ciudades tenían sus propias deidades tutelares.

Con la intención de desentrañar su papel ritual, los investigadores piensan someter a análisis químicos los residuos adheridos al cofre de piedra; buscan así identificar compuestos -resinas, perfumes o restos orgánicos- que puedan ofrecer pistas sobre cómo y para qué se utilizaba el ídolo en las ceremonias, ya que investigaciones similares realizadas en otros contextos del Cercano Oriente han confirmado que estos cofres podían contener objetos mágicos o sustancias psicoactivas utilizadas en ceremonias. Si los análisis químicos lo demuestran, habría una conexión directa entre el ídolo y un tipo concreto de ritual.

Una necrópolis sin precedentes

Pero este descubrimiento no vino solo. En la misma campaña de excavación se encontró la mayor necrópolis de cremación jamás registrada en Armenia. Decenas de urnas funerarias, muchas de ellas intactas, fueron halladas cuidadosamente dispuestas en un campo de urnas a las afueras de la ciudad fortificada y cada urna contenía cenizas humanas junto a pequeños objetos personales como collares, vasijas o herramientas.