lunes, octubre 20

Resuelto el misterio de Rapa Nui: científicos demuestran que las moái ‘caminaban’ realmente

La física lo ha confirmado. Han logrado reproducir el balanceo controlado que permitió trasladar las colosales estatuas de la Isla de Pascua, poniendo fin a ocho siglos de misterio.

Una combinación de arqueología, física y tecnología confirma que los gigantes de piedra de la Isla de Pascua (en Chile) se desplazaban en vertical. Durante siglos, las colosales estatuas de piedra conocidas como moái han sido uno de los mayores enigmas arqueológicos del planeta.

¿Cómo una civilización aislada, sin ruedas, sin animales de tiro ni grúas, logró mover esculturas de hasta 80 toneladas a lo largo de varios kilómetros de terreno accidentado en la remota Isla de Pascua (Rapa Nui)? Ahora, un equipo multidisciplinario de científicos ha resuelto este misterio. Las moái ‘caminaron’ y los investigadores lo han demostrado.

Una pregunta sin responder

Entre los siglos XIII y XVI, los habitantes polinesios de Rapa Nui tallaron cerca de 1.000 moái en toba volcánica extraída del volcán Rano Raraku. Aunque parecen cabezas, muchas de estas estatuas tienen cuerpo completo, enterrado por siglos de sedimentos. Estas espectaculares estatuas son representaciones de ancestros divinizados y se colocaban sobre plataformas ceremoniales llamadas ahu, mirando hacia las aldeas con objeto de protegerlas espiritualmente. Pero el verdadero misterio siempre ha sido de qué manera trasladaron estas espectaculares tallas desde la cantera hasta esos altares, algunos ubicados a más de 10 km. Tras siglos de enigma, ahora sabemos la respuesta.

La teoría de que “caminaban” no era un mito

Las leyendas orales de los Rapa Nui hablaban de estatuas que “caminaban solas”, guiadas por el maná (poder espiritual) de los ancestros, algo que, durante mucho tiempo se consideró pura mitología. Sin embargo, el nuevo estudio ha demostrado que los antiguos isleños no estaban exagerando. El equipo liderado por los arqueólogos Carl Lipo (de la Universidad de Binghamton) y Terry Hunt (de la Universidad de Arizona) utilizó modelado 3D, análisis físico y experimentación en el terreno para probar la llamada “hipótesis del moái caminante”.

Tras escanear digitalmente más de 900 moái, los expertos descubrieron características clave en su diseño: una base en forma de D (semicircular), una inclinación hacia adelante de entre 5° y 15°, y un centro de gravedad bajo. Estas particularidades no eran casuales: estaban pensadas para permitir un movimiento oscilante hacia los lados.

rapa nui walk
Una nueva investigación revela que las estatuas moái de la Isla de Pascua fueron construidas para caminar erguidas mediante un balanceo rítmico. Carl Lipo

Para probar la hipótesis, los investigadores construyeron una réplica de moái de 4,35 toneladas con las mismas proporciones y demostraron que con solo 18 personas y usando tres cuerdas, era posible hacerla “caminar” 100 metros en apenas 40 minutos. El método consistía en tirar alternativamente desde ambos lados, haciendo que la estatua se balanceara y avanzara en zigzag, como si estuviera dando pasos y, según los científicos, es un método energéticamente eficiente y relativamente rápido.

“Una vez que lo pones en movimiento, no es nada difícil: se tira con un solo brazo. Se ahorra energía y se mueve muy rápido”, explica Carl Lipo, coautor del estudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science. “Lo difícil es conseguir que se balancee desde el principio. La física tiene sentido. Lo que vimos experimentalmente funciona”.

Otro hallazgo clave fue el análisis de la red de caminos antiguos de la isla. Estas vías, de unos 4,5 metros de ancho y con perfil cóncavo, eran perfectas para estabilizar las estatuas durante el transporte. “Cada vez que mueven una estatua, parece que están construyendo un camino. El camino es parte del movimiento de la estatua”, dijo Lipo, exponiendo que estas gentes despejaban constantemente un camino y trabajaban en él secuencialmente conforme avanzaban las estatuas. “Se han inventado todo tipo de historias sobre cosas plausibles o posibles, pero nunca se evalúa la evidencia para demostrar que, de hecho, se puede aprender sobre el pasado y explicar el registro que se observa de maneras completamente científicas”.

¿Y qué pasa con las estatuas caídas?

Una de las objeciones habituales a la hipótesis del “moái caminante” era la existencia de estatuas caídas a lo largo de los caminos. Pero también hay explicación para ello: muchas de estas estatuas muestran signos de haber sido enderezadas o por lo menos haberlo intentado, lo que sugiere que se cayeron durante el transporte vertical. Además, la distribución de moái inacabadas cerca de la cantera sigue un patrón de “decaimiento exponencial”, algo habitual en fallos logísticos en sistemas de transporte mecánico; es decir, cuanto más lejos se intentaba mover una moái desde la cantera, más probable era que algo saliera mal.

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Demuestra que el pueblo de Rapa Nui fue increíblemente inteligente. Lo resolvieron”, comentó el experto. “Lo están haciendo de una manera que se ajusta a los recursos que tienen. Así que realmente honra a esas personas, diciendo: ‘Mirad lo que lograron, tenemos mucho que aprender de ellos en estos principios'”.

Así, lejos de presentarse como una civilización irracional o decadente, los habitantes de Rapa Nui han demostrado ser inteligentes y tener un profundo conocimiento de la física, del equilibrio y de los materiales sin necesidad de herramientas sofisticadas.