El fósil tiene una antigüedad de entre 1,5 y 1,6 millones de años y proviene de la región de Afar, un sitio que ha aportado vestigios humanos que abarcan más de seis millones de años de historia evolutiva.
Un equipo internacional de científicos dirigido por la Dra. Karen Baab, paleoantropóloga de la Universidad Midwestern en Arizona, ha desvelado una reconstrucción virtual que nos permite mirar de frente al rostro de uno de los primeros Homo erectus. El fósil, denominado DAN5, tiene entre 1,5 y 1,6 millones de años y fue hallado en el yacimiento de Gona, en la región de Afar, Etiopía, un lugar que ha producido restos humanos que abarcan más de seis millones de años de evolución.
El hallazgo no solo ofrece un vistazo a una de las primeras especies humanas que se expandió por África y Eurasia, sino que también desafía algunas ideas previas sobre cómo evolucionó el Homo erectus en su continente de origen. “Ya sabíamos que el fósil DAN5 tenía un cerebro pequeño, pero esta nueva reconstrucción muestra que el rostro es incluso más primitivo que el del Homo erectus africano clásico de la misma antigüedad“, explica la Dra. Baab. Según la investigadora, la población de Gona podría haber conservado rasgos arcaicos de la población que emigró de África cientos de miles de años antes.
¿Cómo llevaron a cabo la reconstrucción?
La reconstrucción del rostro de DAN5 no fue tarea sencilla. Los científicos reunieron fragmentos fósiles de la cara y los dientes mediante tomografías computarizadas de alta resolución, generando modelos 3D que luego fueron ensamblados virtualmente. Tras varias iteraciones y un año de trabajo, lograron unir el rostro a la caja craneana, creando uno de los cráneos más completos de un ancestro humano del Cuerno de África durante este período. “Fue como resolver un rompecabezas tridimensional muy complicado. Sabíamos cómo encajan las caras en general, pero cada fragmento debía colocarse con precisión”, recuerda la Dra. Baab.
Los análisis muestran una combinación fascinante de rasgos. Mientras que la caja craneana refleja características típicas del Homo erectus, el rostro y la dentadura conservan elementos más antiguos: un puente nasal plano y muelas grandes, rasgos que generalmente solo se observan en especies previas. Comparaciones con otros fósiles contemporáneos y más antiguos indican que esta mezcla de características, antes documentada en Eurasia, también existía en África, desafiando la idea de que el Homo erectus evolucionó fuera del continente.

Lo que revela el rostro de homo erectus
La reconstrucción de DAN5 también conecta la anatomía con la cultura material de la época. Este individuo estaba asociado con herramientas de piedra tanto del tipo olduvayense como con hachas de mano achelenses tempranas, lo que lo convierte en uno de los primeros fósiles de homínido directamente ligados a ambas tradiciones tecnológicas. “Este cráneo recién reconstruido enfatiza aún más la diversidad anatómica observada en los primeros miembros de nuestro género, que probablemente aumentará con futuros descubrimientos”, señala el Dr. Michael Rogers, coautor del estudio.
El estudio no solo amplía nuestro conocimiento sobre la anatomía del Homo erectus, sino que abre nuevas preguntas sobre su evolución y adaptación. Investigadores planean comparar DAN5 con fósiles europeos de la misma especie y con posibles parientes como el Homo antecessor, para entender mejor la variabilidad facial y los posibles cruces genéticos con especies anteriores como el Homo habilis.
Esta reconstrucción no solo nos muestra cómo era uno de nuestros primeros parientes cercanos, sino que también ilumina la compleja historia evolutiva de África hace más de un millón de años. Cada fósil que encontramos nos acerca un poco más a comprender de dónde venimos.