domingo, noviembre 2

La tumba de un guerrero ávaro de 1.300 años de antigüedad revela un singular sable y un completo ajuar funerario

Los ávaros fueron un pueblo nómada procedente de Asia que emigró hacia Europa central y oriental en el siglo VI. Dominaron la llanura panónica situada entre los Alpes, los Cárpatos y los Balcanes hasta principios del siglo IX, y durante más de dos siglos constituyeron una fuerza temible que incluso se atrevió a enfrentarse con el poderoso ejercito bizantino entre los años 568 y 626.

Durante años, los arqueólogos han ido desenterrando vestigios de la andadura de los ávaros por esas tierra. Ahora, cerca de la ciudad húngara de Székesfehérvár, un equipo de arqueólogos del Museo Szent István Király ha llevado a cabo un magnífico descubrimiento durante la última temporada de excavaciones. Se trata de la tumba de un guerrero ávaro de alto estatus datada entre los años 670 y 690.  

“La nueva tumba ofrece una visión excepcional de su cultura material y sus tradiciones funerarias. Aunque existen indicios de que la tumba ya había sido saqueada durante la antigüedad, aún se ha conservado un rico ajuar funerario que confirma el rango de este guerrero”, manifiestan los arqueólogos que han llevado a cabo el impresionante hallazgo.

Un guerrero de la nobleza

A pesar de que la parte superior del cuerpo, cabeza, pecho y abdomen habían sido alterados cuando saquearon la tumba, los huesos de los brazos y la parte inferior del cuerpo han permanecido en su posición original. Junto a los restos óseos, los arqueólogos consiguieron recuperar asimismo un singular sable con la hoja y la empuñadura intactas, un cuchillo largo, hebillas de plata para el  cinturón, anillos trenzados de oro, pendientes con adornos de cuentas de vidrio y puntas de flecha que probablemente se guardaban en un carcaj. 

La extracción del sable puso a prueba la destreza del equipo. Más de trece siglos bajo tierra habían hecho mella en el arma, cuya fragilidad resultaba preocupante. Pero gracias a la construcción de una base de madera a medida para sostener el sable y el bloque de tierra que lo rodeaba, diseñada por Voluntarios del Museo del Programa de Arqueología Comunitaria, los especialistas pudieron trasladar el arma al laboratorio sin daños. En sus instalaciones, los investigadores llevaron a cabo una microexcavación detallada en condiciones controladas.

Gracias al minucioso trabajo de restauración llevado a cabo por Petra Bódisné Szalontai, la conservadora del museo, los arqueólogos pudieron contemplar la elegante curva y los diseños decorativos del sable que lo convierten en uno de los ejemplos más raros de armamento ávaro jamás encontrados hasta la fecha. 

Por su parte, los adornos de plata y oro revelaron sofisticadas técnicas de metalurgia y una refinada artesanía. Los objetos que conforman el ajuar funerario destacan tanto la elevada posición social del guerrero como la habilidad técnica que poseían los artesanos ávaros, quienes trabajaban con gran destreza los metales preciosos para crear objetos de gran belleza.

“Los descubrimientos ofrecen una valiosa información sobre la vida cultural y social del Kanato Ávaro a finales del siglo VII. Aunque saqueado en la antigüedad, el contenido de las tumbas que aún se conserva es un importante testimonio de la riqueza, la artesanía y los ritos funerarios de una de las potencias nómadas más importantes de la Europa medieval temprana”, concluye la restauradora Petra Bódisné.