Los investigadores han encontrado semillas parecidas en otros yacimientos arqueológicos de toda Europa que datan de épocas tan lejanas como el año 5500 a.C.
Durante unas excavaciones que se llevaban a cabo en 2017 en Houten-Castellum, un asentamiento de época romana situado en los Países Bajos, un equipo de arqueólogos desenterró un fémur de cabra u oveja sellado en cuyo interior, para su sorpresa, se había depositado una gran cantidad de semillas de beleño negro.
El beleño negro (Hyoscyamus niger) es una planta altamente venenosa conocida por su utilización como anestésico y por sus propiedades psicoactivas. El uso del beleño negro ya fue documentado por el historiador romano Plinio el Viejo, quien afirmó que era “de la naturaleza del vino y por lo tanto ofensivo para el entendimiento”, y por el médico y botánico griego Pedanio Dioscórides, el cual recomendó que fuera empleado como sedante y analgésico.
A diferencia de otras de las hierbas que se han consumido en Europa desde hace milenios, esta era nativa del viejo continente, por lo que sus habitantes pudieron acceder a ella fácilmente, sin necesidad de realizar largas rutas de transporte. Esta comodidad dibujó el escenario perfecto para que en la Antigüedad, y especialmente durante el Imperio Romano, el beleño negro circulara libremente por todo el Mediterráneo.
Primeras evidencias
Los investigadores han encontrado semillas parecidas en otros yacimientos arqueológicos de toda Europa que datan de épocas tan lejanas como el año 5500 a.C., sin embargo en estos casos es difícil determinar si la presencia de beleño negro sugiere que fue utilizado o en cambio era algo natural.
Como parte de un estudio más amplio, cuyos resultados fueron publicados en la revista Antiquity, Maaike Groot, zooarqueóloga de la Universidad Libre de Berlín, y su equipo han comparado más ejemplos de semillas de beleño negro encontradas en otros lugares para comprobar si existe algún tipo de correlación.
“Dado que crecen dentro y alrededor de los poblados, estas semillas pueden terminar en yacimientos arqueológicos de forma natural, sin intervención humana“, ha declarado Groot. Sin embargo, las semillas de beleño negro encontradas en Houten-Castellum constituirían la primera evidencia de su uso en época romana.
“Nuestro estudio contribuye a saber cómo distinguir entre una maleza que termina naturalmente en conjuntos arqueobotánicos y una planta utilizada intencionalmente por la gente. Sostenemos que los futuros hallazgos de beleño negro deberían estudiarse teniendo en cuenta el contexto del hallazgo y su relación con otras plantas medicinales”, precisa Groot.
¿Uso intencionado?
Finalmente, los arqueólogos han determinado que las semillas de beleño negro de Houten-Castellum fueron colocadas deliberadamente dentro del hueso, usado a modo de contenedor y de 7,2 centímetros de largo, y lo habrían sellado con un tapón elaborado con corteza de abedul negro. Los investigadores dataron el hueso entre los años 70 y 100 d.C., basándose en el tipo de cerámica y el broche de alambre que fueron encontrados en el mismo pozo junto al fémur.
En cualquier caso, esta es la primera vez que se documentan semillas de beleño almacenadas deliberadamente para su posterior utilización. “El hallazgo es único y proporciona una prueba inequívoca del uso intencionado de semillas de beleño negro cuando lo romanos se habían instalado en los actuales Países Bajos”, finaliza Groot.