domingo, marzo 9

Graban en las Islas Canarias a un diablo negro, uno de los peces más raros del mundo

El 26 de enero, un equipo de investigadores de las islas Canarias vio algo que nadie en la Tierra había documentado antes: un rape abisal (o diablo negro) abriéndose paso lentamente hacia la superficie del océano.

“Fue como un sueño hecho realidad”, dice David Jara Bogunyà, fotógrafo de fauna marina de la ONG Condrik Tenerife. “Cuando era niño, tenía un libro con algunas criaturas de las profundidades marinas, y me encantaban las ilustraciones. Me parecían una locura. Los animales no parecían reales”, recuerda.

Sin embargo, durante aproximadamente una hora, Jara y sus colegas a bordo del buque Glaucus fotografiaron y nadaron junto al diablo negro, una especie que suele habitar la columna oceánica a profundidades de entre 200 y 2000 metros.

El diablo negro (Melanocetus johnsonii) pertenece a un género que se traduce como “monstruo marino negro”, un nombre apropiado dadas sus mandíbulas abiertas, sus afilados colmillos y los señuelos bioluminiscentes que llevan en la frente y que utiliza para engañar a sus presas. Es realmente aterrador, pero sólo si eres del tamaño de Nemo y Dory: estos peces sólo miden unos 15 centímetros.

A medida que el vídeo del diablo negro se difundía por Internet, los expertos se han mostrado muy emocionados por lo inusual del avistamiento.

“Cuando vi el vídeo por primera vez, sinceramente no me creía lo que estaba viendo”, dice Kory Evans, biólogo de peces de la Universidad Rice (en Texas, Estados Unidos): “Pensé que era inteligencia artificial”.

“Es muy raro ver a un animal de las profundidades marinas tan cerca de la superficie”, afirma Bruce Robison, científico del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (California).

Robison lo sabe mejor que nadie: él es el único que había conseguido grabar con anterioridad a diablo negro vivo, un espécimen avistado a 570 metros de profundidad por el vehículo teledirigido Doc Ricketts en la bahía de Monterrey en 2014.

¿Por qué este diablo negro ha salido a la superficie?

Evans dice que le impresionó que el diablo negro no solo estuviera intacto, sino que nadara, algo inesperado para una criatura adaptada a las presiones extremas de las profundidades marinas.

“No se mueven”, afirma. “Son depredadores de emboscada… Se quedan ahí sentados, dando vueltas, así que ver a este haciendo algo activo es algo chocante”.

“Estos peces parecen feroces y temibles, pero en realidad son blandos y escurridizos”, añade.

Aunque no hay forma de saber con seguridad cómo o por qué el diablo marino negro llegó a la superficie, hay algunas hipótesis probables.

“Me he estado rascando la cabeza tratando de averiguar qué ha pasado, y se me ocurren un par de cosas”, dice Robison.

Es posible que este rape abisal se comiera a un pez con una vejiga natatoria o una glándula de gas y que, al expandirse, atrajera al depredador hacia arriba en la columna de agua.

“Es el tipo de cosa que, una vez empiezan, son difíciles de controlar”, dice Robison.

Dado que el avistamiento se produjo frente a la costa de las Islas Canarias, una zona conocida por su actividad volcánica, también es posible que el pez quedara atrapado en una columna de agua caliente ascendente creada por fisuras submarinas.

Por último, Robison dice que el diablo negro, podría haber sido tragado o atrapado por un depredador más grande, como un calderón, una foca, un león marino o incluso una medusa. Entonces, el depredador lo habría escupido o el rape se habría liberado cerca de la superficie.

Lo que este diablo negro puede enseñarnos sobre las profundidades marinas

Aunque murió poco después de la grabación, verlo vivo, aunque sea brevemente, es una gran oportunidad.

“Estos animales se conocen desde hace mucho tiempo. Se han capturado en redes desde el siglo XIX”, dice Robison. “Lo que ocurre es que todos los especímenes con los que se podía trabajar antes estaban muertos”.

Esos especímenes nos han enseñado que los diablos negros crean su propia luz gracias a su relación simbiótica con bacterias bioluminiscentes. Y muchas especies de rape (aunque no necesariamente esta) se reproducen de un modo bastante llamativo: machos mucho más pequeños, a veces varios a la vez, fusionan sus cuerpos con una hembra, que utiliza su material genético cuando está lista para reproducirse.

Jara afirma que el legado de este animal perdurará, ya que él y sus colegas recogieron su cuerpo y lo entregaron al Museo de la Naturaleza y Arqueología de Tenerife.

Aunque no todos los diablos negros viven en las profundidades, Evans afirma que cada vez aprendemos más sobre estos animales. De hecho, hace poco publicó un estudio en la revista bioRxiv en el que se detalla cómo el rape se hizo más diverso a medida que colonizaba hábitats de aguas profundas, algo que le sorprendió.

“Las profundidades marinas no son un entorno acogedor”, explica Evans. “Sufres una presión aplastante y hay muy poca comida”. 

Momentos como este deberían servirnos para recordar que hay todo un mundo oculto de vida en las profundidades del océano en el que rara vez pensamos o llegamos a ver.

“El hábitat oceánico profundo es el mayor espacio vital de la Tierra y alberga a la mayoría de los animales que viven en este planeta. Nosotros somos una excepción”, afirma Robison. “Sabemos muy poco de lo que hay en las profundidades”.